Arcos redondeados, pilares achaparrados y exteriores con aspecto de fortaleza definen la Catedral Vieja.
Elevándose con gracia sobre el casco antiguo, la Catedral de Salamanca es básicamente dos iglesias en una. La Catedral Vieja susurra secretos medievales en piedra románica, mientras que la Catedral Nueva rebosa dramatismo gótico y barroco. Juntos forman uno de los lugares religiosos más extraordinarios de España, una verdadera cápsula del tiempo de fe, arte e historia.
El astronauta se añadió durante la restauración, en los años 90, como firma moderna de los canteros. Ahora es uno de los puntos fotográficos más famosos de la catedral.
Sí. Aunque algunas partes están abiertas a los visitantes como museo, los servicios religiosos continúan, especialmente en la Catedral Nueva.
Cuando se proyectó la Catedral Nueva en el siglo XVI, en lugar de demoler la Catedral Vieja, la ciudad decidió conservarla. Hoy en día, ambas coexisten, haciendo de Salamanca un lugar único.
Sí. Por lo general, una sola entrada da acceso tanto a la Catedral Vieja como a la Nueva, así como a la torre y a las exposiciones del museo.
La catedral, como gran parte de la ciudad vieja, está construida con arenisca de Villamayor, que brilla dorada a la luz del sol y da a Salamanca su sobrenombre de "La Dorada".
Destaca el retablo gótico-renacentista de la Catedral Nueva, con intrincados paneles que representan escenas de la vida de Cristo y la Virgen María.
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