Arcos redondeados, pilares achaparrados y exteriores con aspecto de fortaleza definen la Catedral Vieja.
Elevándose con gracia sobre el casco antiguo, la Catedral de Salamanca es básicamente dos iglesias en una. La Catedral Vieja susurra secretos medievales en piedra románica, mientras que la Catedral Nueva rebosa dramatismo gótico y barroco. Juntos forman uno de los lugares religiosos más extraordinarios de España, una verdadera cápsula del tiempo de fe, arte e historia.
Adéntrate en un mundo románico íntimo donde los gruesos muros de piedra resuenan con el silencio. La estrella de todas las capillas es la dedicada a San Martín. Está decorada con vívidos frescos que narran historias bíblicas en tonos de joya. No te pierdas la Torre del Gallo, su característica cúpula brilla bajo el sol de Salamanca.
Prepárate para el Drama. Esta imponente obra maestra gótica sobrecoge con sus bóvedas de crucería, su imponente nave y su retablo dorado. Las capillas rebosan de detalles renacentistas y barrocos, mientras que las vidrieras esparcen luz de colores por la piedra, creando un efecto de caleidoscopio que parece vivo.
Tómate tu tiempo para admirar los intrincados detalles. Puedes esperar encontrar tallas de santos, reyes, figuras mitológicas, ese estrafalario astronauta e incluso un dragón comiéndose un helado. Estos detalles lúdicos son la prueba de que incluso los canteros tenían sentido del humor.
Sube para disfrutar de unas vistas panorámicas del horizonte de arenisca dorada de Salamanca. La Torre de las Campanas ofrece vistas panorámicas sobre los tejados, la universidad y más allá, mientras que las vistas de cerca de las campanas te recuerdan que esta catedral aún late con la vida cotidiana.
Cada capilla lateral cuenta su propia historia, desde tumbas de obispos ricamente decoradas hasta santuarios que brillan con velas votivas. El retablo mayor, una reluciente obra maestra gótico-renacentista, ancla la Catedral Nueva y te arrastra a un mundo de santos, ángeles y drama sagrado.
El astronauta se añadió durante la restauración, en los años 90, como firma moderna de los canteros. Ahora es uno de los puntos fotográficos más famosos de la catedral.
Sí. Aunque algunas partes están abiertas a los visitantes como museo, los servicios religiosos continúan, especialmente en la Catedral Nueva.
Cuando se proyectó la Catedral Nueva en el siglo XVI, en lugar de demoler la Catedral Vieja, la ciudad decidió conservarla. Hoy en día, ambas coexisten, haciendo de Salamanca un lugar único.
Sí. Por lo general, una sola entrada da acceso tanto a la Catedral Vieja como a la Nueva, así como a la torre y a las exposiciones del museo.
La catedral, como gran parte de la ciudad vieja, está construida con arenisca de Villamayor, que brilla dorada a la luz del sol y da a Salamanca su sobrenombre de "La Dorada".
Destaca el retablo gótico-renacentista de la Catedral Nueva, con intrincados paneles que representan escenas de la vida de Cristo y la Virgen María.
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